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No a la Ley Cabeza













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Por Guillermo Rodríguez González
















En que Cabeza cabe, cóbranos mas impuestos y raspar la olla justo ahora. Con una caída drástica de la producción y el consumo, con un empobrecimiento acelerado, cuyos efectos apenas empiezan a sentirse realmente, y en medio de una conflictividad política antes desconocida para la inmensa mayoría de la población. Cuando vemos como los defensores de todas las estatizaciones descubren con disimulado asombro desde la nacionalización petrolera hasta la fecha la participación fiscal del Estado en el negocio petrolero se ha reducido de forma sostenida, y ante los males del estatismo petrolero nacionalizador, plantean mas estatismo perolero re-nacionalizador, que de ser exitoso seguirá reduciendo de forma sostenida el ingreso fiscal petrolero. Frente a unos alcaldes y gobernadores propios y contrarios- que manifiestan con mas o menos ruido el retraso en las transferencias de recursos fiscales. El Ciudadano Diputado Cabeza adelanta una Ley para crear nuevos tributos estadales y autorizar más  endeudamiento interno.

Repartiéndose un bolsillo roto

La Ley de Hacienda Publica Estadal, que vienen rodando por el complejo mecanismo parlamentarios desde 1991, de pronto presenta una nueva cara. En la practica se eliminaría el FIDES raspado de olla- y se eliminarían transferencias de recursos del IVA a los Estados. Esto obviamente implica concentrar los actuales impuestos internos en el gobierno central, y reducir los compromisos específicos de transferencia cuyo repetido incumplimiento es un problema acumulado- pero se compensa a los gobernadores con unos nuevos impuestos estadales a las ventas, y la autorización de contraer deuda interna que se había eliminado en el proyecto de 1991.

Financiamiento bancario interno o externo-  nunca le a faltado a ningún gobierno por local que sea, de hecho la deuda de los estados fue el detonante de la ultima crisis fiscal en Argentina, por ello autoridad para endeudarse es deuda nueva. Y las deudas de los gobiernos, las pagamos por una u otra vía los empobrecidos ciudadanos, a los que adicionalmente nos cobrarían esos nuevos tributos estadales que se sumarian a la ya insostenible suma de impuestos extras que una mayoría empobrecida elude por necesidad, y unos pocos por oportunidad.

Inventar nuevos tributos estadales cuando los Municipios no han mostrado capacidad real de cobrar el grueso de los suyos a la ciudadanía, es administritavamente absurdo, intentar cobrarlos en medio de contracción económica enorme es simplemente ridículo.

Viva la Federación

Bueno seria ver que la autoridad tributaria de los estados y más aun de los municipios- sale de una reducción de la del gobierno federal. Federalismo es menos poder en el centro, mas en las regiones, y eso en el ámbito fiscal significa mas impuestos cobrados y administrado por las regiones y menos por el centro. Muy diferente es mas impuestos cobrados por ambos, eso no es federalismo, es simple crecimiento desordenado de tributos que van contra la población.

El verdadero problema fiscal de Venezuela es muy parecido en los Municipios, los Estados o el Gobierno Federal... No hay suficiente plata, y no hay de donde sacarla. Si no se están cobrando los impuestos existentes, de poco sirve crear nuevos, porque los impuestos solo se cobraran con significativa eficacia, cuando sean pocos y bajos. Mientras mayores son las tasas y mayor él número de tributos, mas es la complejidad practica de cobrarlos, y mayor es el benéfico de no pagarlos. En tales circunstancias lo de menos es si serán cobrados por uno u otro nivel del poder gubernamental. Tampoco sirve de mucho que una Ley de Hacienda Publica Estadal fije niveles muy parecidos de tributo alguno que deba ser regional. La gracia del federalismo a fin de cuentas esta en la posibilidad de tener importantes diferencias entre los gobiernos dentro de un mismo país.

La ley Cabeza nos es en nada federal o descentralizadora, es simplemente más de lo mismo.

Lo de fondo

En realidad la creciente crisis fiscal venezolana no mejoraría significativamente si federalizamos la tributación aunque seria un paso en la dirección correcta- porque la totalidad de los gobiernos regionales venezolanos repiten a su escala el gran problema nacional. El problema de fondo es que el Estado esta distrayendo la mayoría de los recursos en actividades que no le son propias y desatendiendo aquellas que nadie mas puede adelantar. Mal puede pretender asegurar la educación o la salud un Estado que ni siquiera tiene suficientes policías, que es lo que pasa a todo nivel- en nuestro Estado.

En general se acepta que la seguridad y la administración de justicia sólo pueden ser prestadas por gobiernos. Las empresas sólo pueden prestar eficientemente servicios de los que el excluir a quien no los paga, no daña al pagador. Eso es impracticable por un ejercito, una policía o un tribunal. Luego tenemos obras publicas, como caminos o cloacas, que parecen entrar en mayor o menor grado en la misma estructura de costo beneficio y ahí esta la razón de ser del Estado, su función básica e irrenunciable. Sin seguridad externa e interna, tribunales y obras publicas indispensables no hay Estado.

El problema del socialismo es que pretende demasiado, no se puede ser juez y parte, y no se puede hacer todo al mismo tiempo. El Estado es más eficiente en ciertas cosas, y la ciudadanía en otras. Por eso los estados del bienestar quiebran uno detrás de otro, esas sociedades contaban con recursos acumulados para desperdiciar en sus experimentos  de ingeniería social... y los experimentos duran lo que los recursos, con mas o menos costos humano, dependiendo de lo democrático, autoritario o totalitario de cada caso. El problema del socialismo subdesarrollado es que sin contar ni siquiera con los mínimos recursos del estado guardián nocturno que pedía el liberalismo clásico (gracias al que otros acumulan capital) se han dedicado montar un estado del bienestar que en nuestro caso nunca lego a despegar.

Nota del hombre nuevo

La más poderosa de las viejas doctrinas del colectivismo estatista fue, sin duda, el Marxismo. Y es en sus vertientes practicas de Leninismo, Estalinismo y Maoísmo, donde encontramos la verdadera pero impracticable- solución de los problemas de la construcción del paraíso socialista. Se construirá un hombre nuevo, cuya humana naturaleza seria diametralmente diferente a la que nos ha movido desde el paleolítico.  Las hormigas y las abejas son socialistas, su naturaleza les permite construir y administrar eficientemente sociedades complejas y acumular capital sin ningún beneficio individual. Cambiar la naturaleza humana en naturaleza hormiga a sido imposible, por eso es que todos los experimentos estatistas mueren en medio de una terrible corrupción.  Aumentar los tributos y las deudas estatales en estado que ni siquiera logra cobrar los tributos, es un síntoma mas de un problema de fondo que hay que atacar y resolver en todos los frentes.

 
















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