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Por Domingo Alberto Rangel M.
















Por estos días entre noticias menudas apareció una nota que no por poco destacada deja de ser preocupante. La misma mañana del pasado 11 de abril en la cual el señor Ignacio Ramonet en el Teresa Carreño y en el marco del encuentro de "Solidaridad con la Revolución Venezolana" retribuía invitaciones y negocios al gobierno de Hugo Chávez, esa misma mañana los periodistas habían sido convocados por un grupo de opositores quienes desde la CTV pretendían "hablarle al mundo en nombre de la izquierda venezolana".
 
No es la primera vez que la izquierda vernácula peca de inmodesta. Tampoco sería la primera oportunidad que el mundo, como pretendieron los organizadores, ni se dio por aludido y tampoco se tomó la molestia de enterarse. Lo que si resulta primicia es encontrar a la izquierda que no apoya al "proyecto robolucionario" unida en torno a dos objetivos más peligrosos que mico con hojilla: El primero reivindicar para sí las banderas históricas de la izquierda; acción en la cual a lo mejor terminan en los tribunales disputándole al Presidente y sus acólitos la paternidad del muchacho. El otro objetivo sería la toma del poder después que el MVR sea cosa del pasado.
 
Vamos por partes
 
A nosotros nos tiene sin cuidado el que un grupo de políticos e intelectuales, algunos de ellos con sólidas ataduras al pasado puntofijista, pretenda meter al país en una discusión bizantina acerca de ¿quién es más izquierdista si Teodoro Petkoff, Gabriel Puerta, AD, el MAS, Unión o Hugo Chávez? En Tercer Polo no pensamos meternos en semejantes profundidades. Para eso están los buzos.
 
Eso sí, vaticinamos que la pelea es cuesta arriba para Petkoff y sus aliados toda vez que fueron los más conspicuos integrantes del izquierdismo mundial quienes se reunieron en el Teresa Carreño para conmemorar con Hugo Chávez el aniversario de la Carmonada. Tal vez a Teodoro, Pompeyo, Elías Santana, el MAS, Bandera Roja, Unión y gente como el escritor Manuel Caballero no les diga nada la presencia "solidaria" en el Teresa Carreño de los enviados de Fidel Castro, Lucio Gutiérrez y Lula Da Silva, de Evo Morales, las Madres de la Plaza de Mayo, el Zapatismo mexicano, la hija de Gaitán, los representantes del indigenismo norteamericano y hasta los Sandinistas por parte de América; porque apartando al socialismo árabe de los partidos Ba´th, al propio Ramonet y sus amigotes intelectuales; los invitados del resto del mundo que fueron numerosos -y cuyos gastos, no faltaba más, los pagamos con cargo al presupuesto nacional como acostumbran hacer todos los izquierdistas- también forman parte de la izquierda conocida.
 
Puede ser que a esos ilustres congregados que le hablaron al mundo desde la CTV no les diga nada tales expresiones de "solidaridad", pero la pregunta es pertinente, si eso no es izquierdismo ¿entonces qué es? Pero, como decía poco antes, discutir semejante pavada carece de importancia. Lo que es en cambio vital a los fines de que algún día nuestros descendientes puedan vivir y progresar en paz es otra cosa que está ligada al segundo objetivo que proclamaron en este "segundo frente" de la izquierda venezolana.
 
Es lo que venimos diciendo desde estas páginas y desde hace mucho tiempo; valga decir que la oposición venezolana no tendrá vida ni tampoco merecerá ser gobierno- mientras pretenda llegar al poder para llevar adelante las ideas y los programas de la izquierda venezolana. Por eso hemos dicho que en la oposición hay que estar claros como el agua: ¡Combatir a Chávez por supuesto, pero, desde la acera del frente!
 
Por eso nunca estuve de acuerdo con algunas posturas de la oposición que son confusas y que bien podrían ser apoyadas por los seguidores del Presidente.
 
Por ejemplo esa paparrucha que proclama la "democracia participativa" como un paso adelante que supuestamente hemos dado los venezolanos gracias a la Constitución de 1999. Nada que ver, lo lamento
 
El concepto de participación obligatoria que contiene la vigente Carta Magna tiene sus raíces teóricas en los totalitarismos izquierdistas, pero también es del gusto de otros tipos de autoritarismos como el islamismo chiíta de los Ayatholas iraníes.
 
Aclararemos
 
Es conocido que tanto el MVR como Primero Justicia han propiciado la legalización de los terrenos antaño invadidos y que ahora forman barriadas en las ciudades. Bien, el concepto es loable, pero, como todo, puede ser objeto de distorsiones.
 
Loable resulta que los propietarios de viviendas humildes puedan ingresar a la formalidad y usar su propiedad como cualquier capitalista usaría la suya. Hasta allí acompañamos al MVR y Primero Justicia. Donde nos separamos es en la izquierdosa implementación del Decreto.
 
El partido de Chávez coincide con el de Julio Borges -y seguramente con los izquierdistas que se reunieron el 11 de abril en la CTV- en que los derechos individuales no prevalecen sobre los colectivos -dogma de todos los totalitarismos- Por eso el diferendo nunca fue conceptual y el planteamiento ideológico en ambas soluciones era autoritario.
 
El MVR proponía que la gente se auto organizara obligatoriamente para acceder a un título de propiedad que por otra parte le pertenece a cada propietario. Según la "solución" emeverrista son los Círculos Bolivarianos quienes colaboran auto organizando obligatoriamente a la gente.
 
Primero Justicia propuso lo mismo; solo que no serían los Círculos sino los alcaldes quienes sacarían la tajada política.
 
Yo pregunto: ¿Entonces, si uno no quiere ser indoctrinado ni por los Círculos ni por los alcaldes, está condenado a vivir en un rancho sin título de propiedad? ¿Dónde quedan los derechos de propiedad individuales e inalienables?
 
Mientras la oposición no supere el autoritarismo de la izquierda en este caso, mientras no prevalezcan nuestras propias ideas y nuestras propias soluciones -que no son las de ninguna izquierda- estaremos condenados a substituir al ineficiente autoritarismo chavista con otros autoritarismos ineficientes.
 
Tanto como lo habían sido los autoritarismos light de la tercera república.
















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