Aparentemente esta pregunta es sencilla, pero no lo es, y no es así
porque es harto difícil intentar razonar respuesta alguna en medio de un debate tan polarizado como pobre, desde el punto
de vista intelectual, tal cual es el que se viene dando en el país.
En la Venezuela actual es tarea titánica huir de los lugares comunes
con los que ciertos comunicadores -de gobierno y oposición- pretenden simplificar lo que es en esencia un asunto complejo,
como es el mejor rumbo que debe tomar el país y sus instituciones si realmente buscamos la paz y el progreso como objetivos.
No deje que otros piensen por usted...
Lugares comunes y medias verdades que principalmente desde los medios
masivos se acuñan a diario bajo la necia y poco democrática pretensión de periodistas y locutores en el sentido de que ellos
deben pensar por nosotros.
Ojo: Estas embustes también se repiten como moneda buena en los púlpitos
de algunas iglesias y desde cátedras de universidades públicas y privadas sin que medie debate alguno que permita al interesado
separar el polvo del trigo para aclarar qué es razonable y qué podría calificarse como mayúsculo disparate.
Pero, volviendo al tema decimos que del actual gobierno diferimos en
muchos puntos, sobre todo en los relativos a la forma de ver el mundo que tienen los chavistas. Me explico. El ciudadano Presidente,
su partido y sus seguidores, son todos estatistas y eso no nos gusta porque lo consideramos contraproducente
no solo a la paz social sin la cual no habrá estabilidad política, sino también a la creación de riqueza por parte de los
venezolanos que seguiremos empobreciéndonos, como ya sucedía durante el último cuarto de siglo cuando el fracaso de los estatistas
"light" del puntofijismo nos dejó en herencia a los "robolucionarios" de Hugo Chávez.
¡Si Venezuela sigue gobernada por políticos con mentalidad estatista
-como lo son todos los integrantes de la coalición del gobierno de Hugo Chávez, coalición que incluye comunistas,
socialistas de varios pelajes y militares fascistoides, aparte de los oportunistas que se acercan en todos los poderosos-
entonces si eso no cambia seremos los venezolanos cada vez más pobres, y, en el caso que nos atañe, también arriesgamos, gracias
al odio que cultiva el Presidente como política, terminar enfrascados en una guerra civil que solo le conviene a los vendedores
de armas!
¡Eso debe quedar claro!
¿Pero, que es un estatista?
Bien, en principio estatistas son los colectivistas quienes anteponen
a los derechos de cada individuo los supuestos derechos de la sociedad.
Fíjense amigos en la trampa que encierra tal premisa:
Los derechos individuales solo los pueden exigir los individuos, como
es natural; en cambio los supuestos derechos "colectivos" se exigen desde cargos burocráticos normalmente asociados al Estado.
Allí está la clave.
Los estatistas, en vez de progresar y acumular poder ya sea mediante
el trabajo individual o convenciendo a los individuos para que les den la confianza en materia de políticas públicas, prefieren
ellos asaltar el Estado para desde allí imponer políticas que atentan contra los derechos, las propiedades y responsabilidades
de cada individuo.
Por eso decimos que este gobierno es tan estatista y
mucho más que los gobiernos de adecos, copeyanos, convergentes, masistas y causaerristas principalmente, quienes eran tan
estatistas como estos "robolucionarios" y que ya le habían causado daño al país al empobrecerlo;
si bien es cierto que el daño era mucho menor que el causado por el presidente Chávez y sus seguidores.
Fíjense amigos lectores en un común denominador que une a estos chavistas
con quienes les han precedido en la malsana labor de empobrecer un país que apenas hace medio siglo se suponía destinado a
integrar al primer mundo en cosa de años: Me refiero al tema de la llamada Reforma Agraria.
Noten amigos que el pensamiento que guia al actual gobierno para quitarle
"legalmente" las tierras a sus propietarios y repartirlas entre supuestos campesinos que son sus seguidores, no es una novedad
inventada por Adán Chávez y que estos disparates vienen de "atrás" como dicen por los llanos.
Tan atrás que los adecos y copeyanos impulsaron sus fracasadas
"Reformas Agrarias" y hasta tuvieron su IAN que viene a ser como el abuelo del Instituto Nacional de Tierras que dirige el
hermano del Presidente.
Los estatistas, como son los mandamaces de este gobierno, creen que
así "se gobierna" y que así "se resuelven los problemas".
¡Cuan equivocados están!
Sin libertad y respeto no habrá producción, empleo y menos progreso.
Ni en el campo ni en la ciudad y solo proliferará pobreza para el dueño de las haciendas y también para el campesino porque
el estatismo es enemigo del trabajo libre y en un sistema estatista solo progresan los parásitos que se parapetan en sus puestos
burocráticos para imponerle coimas y peajes a quienes con el sudor de sus frentes producen riquezas.
Pero los estatistas no creen en esto porque a ellos no les
importa que la gente se empobrezca puesto que esas gentes -los estatistas- y sus amigos y familiares siempre vivirán bien,
aún sin trabajar como se ha comprobado en Venezuela en los últimos años.
Fijémonos nuevamente en la historia: Si adecos y copeyanos hubieran
sido diferentes, digamos como para que unos apoyaran la Reforma Agraria y otros la repudiaran, si eso hubiese
sido así, los copeyanos en función de gobierno habrían cerrado el Instituto Agrario Nacional por estar basado
su funcionamiento en premisas falsas e ineficientes.
No fue así porque adecos y copeyanos -al igual que el resto de la izquierda
venezolana- eran estatistas y solo creían en el control del Estado como manera de gobernar, no les importaba
mucho la producción de riquezas y más bien discutían acerca de la mejor manera de repartir la riqueza que los individuos crean
mediante el honesto trabajo.
Entonces tan estatistas como los politicos del puntofijismo
son los actuales politiqueros que rodean al Presidente -emeverristas, pepetos y ex masistas de Podemos-, quienes no solo callan
ante los desmanes que está haciendo el hermano del Presidente con el Instituto Nacional de Tierras -nueva
versión del IAN- sino que como las termitas se disponen alegres a caerle al festín porque evidentemente son
amigos de lo bueno... pero no les gusta trabajar para obtenerlo.
Básicamente eso es lo que nos disgusta de este gobierno y con eso contesto
los correos de la semana pasada que pedían aclaratoria.
¿Y que pasa con la oposición?
A la oposición autodenominada "democrática", aún considerándo a sus
miembros como "mal menor", les hacemos las mismas observaciones que a los estatistas, apoyen o no a este
gobierno.
La solución al problema de Venezuela pasa por lo que llamo "remar
para atrás" acción que consiste en demoler todos los obstáculos que estatistas de diversos pelajes han levantado
en Venezuela desde la muerte del general Gómez, obstáculos que son la causa que explica el que ni criollos ni extranjeros
inviertan en el país.
Lamentablemente la mayoría de los políticos tradicionales de la oposición
creen que camiando de gobierno más no de régimen todo se soluciona.
¿Están más pelados que rodilla de chivo!
¿Acaso sacando por ejemplo a Adán Chávez del Instituto Nacional de
Tierras y cambiándolo por digamos que un buen amigo como es el "Cura" Calderón... las cosas van a cambiar?
En tal ingenuidad no los acompañamos y por eso decimos que en Venezuela
está planteado no solo sacar al gobierno actual sino llevar al poder una plataforma dispuesta a reestructurar al país bajo
parámetros que faciliten el crecimiento económico estancado desde hace un cuarto de siglo.
Esos parámetros consideramos que deben basarse en las doctrinas liberal-libertarias
y que no son los del estatismo fidelista que quiere imponer el actual Presidente y tampoco los del estatismo puntofijista
con el cual sueñan algunos compañeros de la oposición.
El próximo gobierno no puede fracasar porque
facilitaría el regreso del chavismo, y, un gobierno basado en las ideas y programas del estatismo puntofijista jamás tendrá
éxito.
Una cosa es la reconciliación y otra cometer las mismas boberías.