3erPolo
Kirchner: cronica de un fracaso anunciado..
|
|||||
|
||||
En la Argentina el
candidato Kirtchner llama cobarde a su contraparte Menen quien evitó contarse en la segunda vuelta. Uno diría que ellos
son peronistas y se entienden, pero, chanzas aparte, no debería ser tan impulsivo el nuevo mandatario: Con el menjurje de
populismo, socialismo y estatismo que tiene en la cabeza el señor Kirtchner es tarea imposible sacar a la Argentina del infierno
económico en que se encuentra ese país, y, en esas condiciones, es mejor quedar mal con 24 % del electorado -lo que sacó Kirtchner
en la primera vuelta- que con el 70 % que seguramente sacaría el recién electo si Menen no se hubiese retirado. ¡Si se van
a sentir defraudados mejor que sean pocos! La república Argentina
es el mejor experimento a los fines de comprobar las ilusas afirmaciones de la izquierda socialista, estatista y populista. Es sabido que quienes
pretenden convertir la raza humana en una gigantesca colmena -estatistas, socialistas y otras especies de colectivistas, eternos
aspirantes a jugar el papel de zánganos- siempre han escusado el fracaso de Fidel Castro aduciendo que Cuba es una isla muy
pequeña. Puede ser, pero, entonces
cómo explicar el fracaso del estatismo socialista en un país que resulta ser uno de los graneros del mundo, culto, civilizado,
casi europeo como remarcaban los argentinos antes de la estrepitosa caída. En el país austral
han probado con estatismos de todas las especies. Dictaduras y democracias. Con civiles y militares. Han tenido gobiernos
demagogos y fascistas, amigos y adversarios del FMI. Hasta probaron el neoliberalismo
de Carlos Menen, pasticho que es la continuación del estatismo por otros medios. Todos esos gobiernos
fracasaron porque nacionalizando o privatizando los mandatarios argentinos, desde la primera presidencia de Perón -hasta el
señor Duhalde y por supuesto su protegido Kirtchner- han practicado las políticas que definen al estatismo; valga decir un
Estado desbordado prometiendo hacer lo que ni sabe hacer ni tampoco le compete, una sociedad civil convertida en apéndice
del presupuesto y la economía intervenida hasta más no poder. Los resultados están a la vista
y no difieren de los que llevaron a la tumba al comunismo soviético, al fascismo hitleriano y en Venezuela a los socialismos
ligth del puntofijismo: El estatismo en cualquiera de sus versiones entorpece la creación de riqueza, empobrece a la gente
y todo lo convierte en estéril discusión politiquera, siendo que los estatistas
ni se molestan en resolver los problemas de la producción y en los casos más extremos no solo entorpecen la acción del creador
de riqueza sino que simplemente lo persiguen como si se tratara de eliminar delincuentes. Kirchner fracasará
como han fracasado en Venezuela todos los estatismos; desde los "light" del puntofijismo hasta la receta originaria del comandante
Hugo Chávez. Igualmente estamos obligados a decir
que el país seguirá descendiendo la escala de la miseria si por mala casualidad nos volvemos a equivocar -después de referendo,
elecciones o lo que sea-: Para equivocaciones bastan las que el elector venezolano viene cometiendo desde los años setenta
cuando se comenzó a escuchar que no hay nada peor que esto y bajo ese justificativo
elegimos gobiernos estatistas, izquierdistas, socialistas cristianos, socialdemócratas y populistas; cada uno superando
en cuanto a peores resultados al antecesor. ¿Chávez II? Por desgracia si hay
cosas peores -los países no son como las piscinas que tienen fondo- y a las pruebas nos remitimos porque Caldera II fue peor
que Pérez II y Chávez es peor que ambos. Si el país se deja engañar una vez
más, y, cuando el actual gobierno solo sea un mal recuerdo, en vez de escoger un equipo dispuesto a resolver los verdaderos
problemas de Venezuela que están ligados a lo poco que producen nuestras empresas y a las dificultades institucionales que
desde la muerte del general Gómez se vienen levantando en nombre de la izquierda contra el hombre o la mujer que quiera crear
riqueza, si eso ocurriera y terminamos, Dios nos libre, escogiendo un gobierno que enarbole las banderas de la centro izquierda
socialista como pretenden algunos ilusos... entonces no nos engañemos, en pocos años quizás hasta terminemos pidiendo el regreso
del actual Presidente porque sacados los chavistas y substituidos estos por una cohorte de escuálidos, guiados por las ideas
de la izquierda colectivista, estatista y enemiga de la creación de riqueza... nunca superaremos el estado de miseria que
es lo que nos agobia a todos. ¡Si de algo sufrimos
los venezolanos por décadas, no lo dudemos, es de las fracasadas recetas del estatismo izquierdista en sus versiones socialdemócratas,
socialcristianas, causaerristas, masistas; todas inmorales y populistas! Si la economía agrícola
no crece entonces lo justo será responsabilizar por los fracasos a las reformas
agrarias de adecos, de copeyanos y también de este gobierno. Reformas agrarias
que desde la original de Roma siempre han fracasado y siempre han sido banderas históricas de las izquierdas socialistas.
Igual que las supuestas ayudas a la industria que a la postre ni han creado industrias sólidas ni tampoco han podido evitar
el descarado robo de los fondos públicos por parte de los asociados de estos izquierdistas que han desgobernado la república
en los últimos años. Tampoco debería extrañarnos
que la educación se halle en estado comatoso. Eso viene ocurriendo y seguirá igual mientras la sociedad venezolana
no se ocupe de su responsabilidad; mientras sigamos dejando en manos del Estado la responsabilidad de educar y mientras aceptemos
una situación en la cual es más fácil sacar un ministro de su cargo que al bedel de una escuela al cual lo hayan sorprendido
violando una alumna porque de acuerdo a la peculiar forma de pensar de los izquierdistas ese sería otro privilegio sindical. Todas estas son situaciones reales y propiciadas por las ideas izquierdistas
que han convertido a Venezuela en un país invivible. Si no nos damos cuenta de esto todas nuestras luchas de los últimos años habrán
sido en vano; pero, en caso contrario, es imperativo organizar al venezolano
productivo en una fuerza política capaz de enderezar el rumbo del país. Esa fuerza no es la Coordinadora. |
||||
|
||||