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De caceroleros y tranquistas... No confundan al pueblo con la plebe...













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Por Domingo Alberto Rangel M.
















Asistí más por curiosidad que por otra cosa a la extraña autojuramentación de Pedro Carmona y allí, entre la pequeña multitud que esperó apurruñada durante dos o tres horas los anuncios que por lógica deberían seguir la intervención del general trisoleado en la que dio por cierta Lucas Rincón aquella renuncia de la cual ya nadie quiere acordarse; allí me encontré con el cardenal Velasco.
Con Su Eminencia conversé fugazmente -queda para la pequeña historia una foto que publicó "Quinto Día"- y de esa conversación recuerdo dos cosas que considero deben ser conocidas por el publico: Una que el cardenal no aprobaba la sistemática violación de los derechos humanos que por dos días instauraron como método de gobierno los secuaces de Pedro Carmona, y dos, que ese gobiernito carecía de apoyo internacional.
Veamos.
 
EN DESCARGO DE SU EMINENCIA
 
Es testigo de excepción Rafael Narváez y el Secretario de la Nunciatura quienes escucharon cuando el cardenal me recomendaba ¨ir a los medios¨ para denunciar ¨lo que estaba ocurriendo en la embajada cubana¨.
Como recordarán una turba tenía sitiados en esos momentos a los representantes antillanos en la sede de la delegación diplomática, habiendo causado destrozos, cortado ilegalmente los servicios y amenazando con hacer uso de la fuerza contra quienes estaban allí incluyendo mujeres y niños.
Aducían los facinerosos que en el interior de la embajada estaba el ministro Diosdado Cabello contra quien pensaban ejercer violencia y por supuesto que las policías, salvo la municipal a todas luces desbordada, no hicieron acto de presencia.
Con esto queda para la historia que el cardenal Velasco, a pesar de que ingenuamente firmó el acta de la autoproclamación, no avalaba lo que estaba pasando en la calle con lo cual, al menos para uno que es católico, queda salvaguardada la misión del buen Pastor.
La otra cosa anecdótica resulta ser que fue Su Eminencia quien me presentó al Secretario de la Nunciatura quien enseguida de la presentación nos aclaró que se encontraba allí ¨a título personal¨ con lo cual caí en cuenta que en el salón Ayacucho no había ningún representante diplomático y así quedaba establecida la orfandad internacional de la carmonada.
Bien, después la introducción es tiempo de regresar al presente. Sucede que mientras velaban al cardenal Velasco, a la catedral de Caracas se apersonaron simpatizantes del gobierno para ¨cacerolear¨ al cadáver del jefe de la Iglesia Católica en Venezuela.
Razonaban tan bestial comportamiento en que el cardenal Velasco ¨había firmado el acta de la autoproclamación de Pedro Carmona¨.
Esa misma tarde unos estudiantes supuestamente afiliados a la oposición intempestivamente cerraron el paso en una de las arterias viales más importantes de la capital y hubo ciudadanos que tardaron hasta cuatro horas de más para llegar esa noche a sus casas.
En este caso basaban el vandalismo en supuestas violaciones al ¨derecho al estudio¨. Lo curioso resulta ser que ambos grupos -¨caceroleros¨ y ¨tranquistas¨- aducían actuar en nombre "del pueblo" pese a que su actuación en ese día más se corresponde a la definición de ¨plebe¨ que a la de ¨pueblo¨.
No pienso caer en la tonta tentación que significa definir el pecado de unos como ¨mortal¨ mientras que a la falta de los otros se define como ¨venial¨.
Para mí eso no es importante.
Lo importante a resaltar que ese día quienes tomaron las calles de Caracas, unos para ¨cacerolear¨ sin piedad al cadáver de monseñor Velasco y otros para reclamar ¨por el derecho al estudio¨ no tramitaron los permisos correspondientes y, además, buscaban fines políticos distintos a los voceados.
Veamos nuevamente.
No nos engañemos, en Venezuela los gobiernos llevan décadas favoreciendo a la ¨plebe¨ improductiva y molestando a quienes se comportan como ¨pueblo¨ trabajador. Ya lo dijo el pensador Alberto Mansueti: ¨El pueblo es creador mientras que la plebe es depredadora y aspira a vivir del trabajo de los demás¨, yo añadiría que el pueblo respeta las reglas de juego mientras que la plebe, buscando el ¨camino más corto¨ siempre que puede tiende a pasar por alto leyes, acuerdos y tradiciones.
Los ¨cacerolistas¨ del oficialismo o al menos sus instigadores forman parte de una ¨plebe¨ que es mantenida por el gobierno nacional como su guardia personal... con recursos que salen de los impuestos que paga el pueblo trabajador.
Los estudiantes ¨tranquistas¨ estaban dirigidos también por una ¨plebe¨, más joven ciertamente, pero que ya a esa edad aspira a vivir sin trabajar escalando posiciones en los rangos de la politiquería.
El problema real de Venezuela, ya lo hemos dicho, estriba en que el venezolano tiene cada vez más vacíos los bolsillos.
Problema que no se resuelve sacándole recursos al pueblo trabajador para privilegiar mediante monopolios o transferencias presupuestarias a la plebe ociosa e improductiva.
Allí estriba el quid del problema venezolano: O la sociedad elige líderes dispuestos a dejar que el pueblo produzca o caeremos cada vez más en la miseria encabezados por una minoría que es ¨plebe¨ y siempre busca sus propios privilegios para vivir a costa del trabajo de los demás; por más que los jefes de esta ¨plebe¨ pretendan ser "empresarios", "sindicalistas", "estudiantes" o "círculos bolivarianos".
Ni el gobierno ni la oposición tienen esto claro y a veces parece que solo cuentan con grupos de plebe para contraponerlos a los similares que tienen sus adversarios.
 
LA VERDAD DE LOS MÉDICOS CUBANOS
 
Pasando a otro punto: Ignoro qué piensan los lectores; pero a mi entender con los médicos cubanos sucede lo mismo que con el Plan Robinson.
El gobierno que obviamente está en campaña para evitar la derrota en el referendo, acude hipócritamente a los médicos antillanos después de cuatro años y medios dando tumbos. Los galenos cubanos irán donde los médicos venezolanos por razones de mercado no piensan ir, lo que explica que no se encuentren médicos criollos para llenar ni el 10 % de las plazas que se sacan a concurso -ganarían cerca de 800.000 Bs. mensuales por medio día de trabajo-.
Además los cubanos solo pueden ser exitosos en la atención primaria que desde hace muchos años no se practica en los barrios, digan lo que digan los gremialeros de la Federación Médica.
No podrán atender en cambio las emergencias de nuestros hospitales donde cada media hora ingresa un herido, cosa sumamente extraña en la sociedad cubana.
¿Qué va a pasar?
¡Depende!
Desde la oposición estamos obligados a desarrollar planes alternativos a la socialización empobrecedora.
Estos planes deben contemplar que el Estado venezolano se reduzca en áreas donde su acción no es necesaria y donde la misma sociedad es más eficiente.
Con esos recursos se podrá pagar lo que nuestros médicos valen en el mercado laboral y estos retornaran a los barrios. Es complicado pero factible, pero si seguimos con denuncias más o menos folclóricas, terminaremos por trasmitir que a la oposición -al menos a la más vocinglera- no le importa la gente pobre; porque la realidad es trágica en los barrios.
¡Para quien no tiene acceso a la medicina digamos que es hasta mejor un brujo que nada, para no hablar de un médico cubano! En cuanto a los médicos cubanos no creo que sean capaces de ¨ideologizar¨ a nadie.
A lo sumo estarán contentos de haber escapado de la cárcel fidelista, se casarán con venezolanas y Castro los descontará de la nónima.
Así las cosas.
















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