3erPolo
3erPolo... |
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Llegó otra Ley de contenidos...
No todos, pero
si gran parte de quienes se autodenominan, La Sociedad Civil, exigían la intervención estatal, para “una mejor
televisión”... Esta Ley, es lo que pedían a gritos” los mismos que hoy se oponen. Es terrible, para ellos,
que tras tanto esfuerzo por montar tan tremenda torta... sean otros los que se la coman. Hay errores en la
Ley, que aún los que la hicieron deberían admitir. Y esa discusión no esta cerrada. Pero de la reforzada intervención
estatal, nada bueno saldrá, como no salió de la vieja reglamentación que impide una verdadera competencia. Un espacio radioeléctrico privado, con cientos de televisoras compitiendo, es lo único que
realmente nos daría, para cada cual según su gusto, “una mejor televisión”.
La oposición venezolana acepta que los propietarios de radios y televisoras no son
verdaderos dueños sino concesionarios de licencias del Estado. Los patéticos propietarios también lo aceptan.
Así no pueden oponerse seriamente a reglamentación alguna. Distinto sería cuestionar de frente el sistema de licencias y permisos,
y exigir la plena apertura, para multiplicarse así las estaciones, y la variedad a elección de la audiencia.
Aprendamos de Cuba. El anticastrismo siempre le ha evitado al socialismo
un desafío ideológico a fondo, proponiendo a la gente el capitalismo para salir de la miseria. Y al
negarse al debate ideológico real, el anticastrismo...
Siempre ha perdido... Ver
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Como el
estatismo socialista, de antes y de ahora, coincide en darle a los políticos el poder de gobernar unos bienes
y derechos mercantiles, que ni sudaron ni ganaron, para un supuesto reparto en el que
realmente, “el que parte y recomparte, se queda la mayor parte”, pues no es extraño que cuanto bicho de uña que se medio siente político, ande pretendiendo gobernar todo
lo ajeno que se le atraviese en el camino. |
Esperar
que el eventual e inevitable desgaste de la ineficiencia y empobrecimiento en que terminará el festín izquierdista
de hoy, permitan cambiar este socialismo chavista, por otro socialismo hoy opositor... es esperar
unos... Digamos por la experiencia previa... ¿40
años?. Hay otra alternativa. Requiere de trabajo y paciencia, pero es de años, y no de décadas. La única forma de derrotar la revolución neo comunista democrática, es con una revolución
popular, capitalista y liberal.
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Si bien no es
posible, en la legislación vigente, transferir la propiedad plena, ni del subsuelo, ni de la industria petrolera a la población.
Es posible crear un sistema de trasferencia de esa renta, a fondos individuales de los ciudadanos,
que podría transferir poco menos de mil dólares americanos anuales
para el retiro salud y educación de cada venezolano. Cantidad, que es superior al ingreso anual actual de gran parte de la población especialmente los desempleados, y muchos trabajadores del sector
informal, que como efecto inevitable del régimen estatista vigente, no dispondrán de un
retiro decente, ni de acceso a los servicios privados de medicina y educación, hasta que el proyecto de ley de Petróleo Para
el Pueblo se apruebe e implemente.
Con la inteligencia apagada, es imposible el aprendizaje, empezando por
el más básico: el que llega de la experiencia. ¿Un ejemplo?. Gobierno, oposición y “opinión”
están absolutamente de acuerdo en un punto: el sistema socialista (o casi) de Gobierno ilimitado. No es
negociable ni discutible. Con su paquidérmico Estado multipropósito, que no sirve para nada, pero interviene
en todo con la excusa de servir. En esto hay unanimidad. ¡Y no es punto menor!.. ¡Uh! ¡Ah! ¡Monagas no se va! ...
Ya en 1855, el venezolano Ramón Ramírez, entendió nuestro problema: Su
explicación es de completa actualidad hoy en día: Básicamente “la oposición entre el sistema europeo o de privilegios
del Gobierno, oprimiendo la sociedad al individuo”, versus el “sistema americano del Norte”, individualista
o de libre empresa. Como el primero predomina en nuestra América del Sur, Ramírez teme que -como en Europa-, se siga
la previsible reacción: socialismo y después comunismo. ¡Visionario!
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