3erPolo
Libertad e Igualdad de Derechos
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Todas las personas nacemos con iguales derechos. Todos somos iguales y no hay uno más igual que los otros;
no hay nadie que se pueda considerar superior en derechos. Ningún individuo puede arrogarse el derecho a decidir cómo deben
vivir los demás ni cómo deben usar su propiedad y su vida. Sin importar los títulos universitarios, dinero, fama, popularidad,
apoyo o talento, que tenga, toda persona es igual en derechos y ninguno tiene el derecho de obligarnos a hacer algo porque
piensa que es lo mejor para nosotros. Si todos somos iguales, debemos tratarnos con respeto y la imposición de unos sobre
los otros es un irrespeto que no se puede aceptar. Libre Albedrío Todos nacemos con la capacidad de usar nuestras mentes para escoger lo que mejor nos conviene. Los mismos cristianos reconocen:
que Dios mismo respeta tanto al ser humano que le da la capacidad para decidir lo que desea hacer y no interfiere con esa
libertad (aunque no faltan algunos que consideran tener más derecho que Dios a hacerlo). Como tenemos libre albedrío, cada
persona debe hacer su vida y es totalmente responsable de lo que hace con ella. Cada uno con su esfuerzo y su trabajo se hace
su existencia. Nadie tiene el derecho a exigirle a otro que arregle los errores que ha cometido en su vida, ni tampoco
puede exigirsele a nadie que pague por lo que otro ha hecho, pues todos somos responsables de lo que hacemos y de
sus consecuencias. La libertad siempre conlleva responsabilidad. Todos somos iguales y todos poseemos libre albedrío, siendo totalmente responsables de nuestra propia vida, he aquí
las dos ideas que hacen que los liberales libertarios le pongamos un freno a las personas que buscan el poder para obligar
a los demás a obedecer sus caprichos, para forzarlos a pagar sus facturas y sus cuentas, para enriquecerse a costa del trabajo
honesto de los demás. Los resistentes consideramos que si se le entrega poder a alguien, ésta persona no puede abusar
del mismo y debe usarlo solo para fines legítimos. Por tanto, exigimos de los gobernantes que sean defensores de nuestros
derechos en vez de pisotearlos. Partiendo de estas dos ideas fundamentales, podemos formular el principio libertario de: Toda persona es libre de actuar como lo juzgue según su propia razón, SIEMPRE Y CUANDO respete la libertad y derechos
de las demás personas Estas dos ideas fundamentales nos guían en la lucha por una República mejor. Este principio de libertad responsable
es el que nos puede guiar hacia una convivencia sana y solidaria, de modo que Venezuela sea una nación donde
vivan siempre el trabajo y la paz.
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