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Miguelito y la gente del petróleo: De esa cabuya tenemos un rollo.













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Por Domingo Alberto Rangel M.
















Por gentileza de un tanque de pensamiento, cuya directiva me invitó a participar en un ciclo de foros sobre las posibilidades futuras del país, tuve oportunidad de escuchar las ofertas que en esa materia expusieron el ex ministro de Cordiplan Miguel Rodríguez y la A. C. Gente del Petróleo.

A pesar de las discrepancias que se evidenciaron entre ambas propuestas, las dos exposiciones coincidieron en pronosticar la posibilidad de un futuro brillante para Venezuela, caracterizado por altas tasas de crecimiento económico sostenido.Con relación a esto en EL COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL lamentamos decir que "de esa cabuya tenemos un rollo".

Como es fácil de comprobar los venezolanos llevamos décadas escuchando profecías similares, producto de los desvelos de todo formulador de planes de gobierno que se respete, que ese era el nombre con el que hasta hace poco se conocían todos los documentos que ahora llaman visiones de país. Y no se trata de que uno sea masoquista o se regodee con los malos resultados de nuestra economía. Por razones similares a las que hoy nos colocan en plan de alertar acerca de la inviabilidad de las propuestas de Miguel Rodríguez y de la Gente del Petróleo fue que intuimos en RESISTENCIA CIVIL que debíamos separarnos de los felicitadores que hace escasos cuatro o cinco años le hacían carantoñas al candidato Hugo Chávez -al que jamás apoyamos-, porque entonces esos tontos o adulantes afirmaban que "era necesario" darle un cheque en blanco a quien tenía chance de ganar las elecciones.

Afirmaciones que aquellos irresponsables hacían aún a sabiendas de las desastrosas y empobrecedoras ideas que traía en materia de estatismo, de socialismo fracasado y de resentimiento social el candidato del MVR.

Por esas mismas razones, las que nos llevaron a separarnos de quienes no fueron capaces de ver lo que se acercaba, es que ahora declaramos, cuando aún estamos a tiempo, que desafortunadamente los pronósticos de Miguelito Rodríguez y de la Gente del Petróleo no se van a cumplir ni siquiera bajo él supuesto que algún día llegaran a instalarse en Miraflores como Presidentes de Venezuela.

El problema estriba en que tanto la brillante individualidad como el colectivo tecnocrático, son estatistas sin darse cuenta y en eso se parecen tanto a los emeverristas -o a los puntofijistas que estaban antes- que han podido inspirar al mexicano Juan Gabriel cuando compuso. Te pareces tanto a mí.

Miguel Rodríguez abandonó el marxismo hace un cuarto de siglo, es verdad, pero nunca llegó a entender que en una sociedad libre, democrática y capitalista -condiciones sine qua non para que exista crecimiento económico- son los individuos y no el Estado quienes pueden fungir de motor para una economía que lleva décadas estancada como es la venezolana. Los ex empleados de PDVSA que sirvieron de carne de cañón para quienes estaban detrás del paro, no se dan cuenta que mantener PDVSA en manos del Estado, de este, de los anteriores y de los que puedan venir, es tan peligroso para el venezolano común, como echarse a dormir al lado de un mono armado con una navaja barbera. La petrolera en manos del Estado jamás será motor de otra cosa que no sean crecimientos coyunturales, como los que ya hemos visto cuando en él.

No se trata de negar que en la PDVSA de antes del paro el Estado venezolano había invertido ingentes recursos en la formación de un capital humano interesante y que esos compatriotas están llamados a protagonizar, si quieren, el despegue del país. No, no es eso.

Se trata de que si PDVSA continúa en manos del Estado, como pretenden los directivos de Gente del Petróleo o Miguel Rodríguez; entonces jamás parará el ciclo de devaluaciones violentas que tanto daño le han hecho tanto a la economía en general como al bolsillo de los venezolanos en particular. Ciclo que comenzó al nacionalizar las petroleras privadas en 1976, cuando pusimos como administradores de la mayor fuente de divisas a una clase política socialista, estatólatra e irresponsable que ha depreciado el bolívar desde el 4,30 de antes de PDVSA hasta los actuales niveles que se calculan en unos 2.000 y dele bolivaritos por dólar.

¡Los venezolanos estamos y estaremos fritos con unos politiqueros que devalúan cada vez que se pelan en los pronósticos presupuestarios o cuando la banca internacional no les presta más para financiar sus locuras populistas a pesar de tener en sus manos precisamente una empresa como PDVSA! Y ese maligno comportamiento se basa en la existencia de una PDVSA en manos del Estado.

El país debe confiar en su propia gente, no solo en la que un tanto arrogantemente se autodenomina "del Petróleo", sino en el venezolano común quien también está llamado a protagonizar la diversificación del aparato productivo nacional. Así como Colombia dejó de ser el empobrecido país monoproductor de café; asi mismo en Venezuela podemos prosperar explotando el turismo, los productos agroindustriales, metalmecánicos etc.

Condición única: Quitarle privilegios a los privilegiados.

Especialmente a unos políticos que nos han arruinado. Y el primer privilegio a quitar son los dólares que sacan de PDVSA y que al devaluar multiplican para pagar sus monos. ¡Por tales razones los planes de Miguel Rodríguez y de la Gente del Petróleo no pasan de interesantes pero falsos ejercicios oníricos. Puro sueño y Venezuela no está para perder más tiempo ni con las antiguallas del chavismo... ni con las tonterías de los estatistas que previamente nos habían arruinado.
















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