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El principio básico del COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL está basado en que cada ser humano es dueño
de sí mismo y, por ende tiene la libertad de disponer de su cuerpo, su mente y los bienes honestamente adquiridos de la forma
que prefiera. En consecuencia nadie nos debe esclavizar, golpear, privar de la libertad, robar o matar. Pero hay más. Si
usted es dueño de un bien honestamente adquirido (sea un terreno, camisa, moneda o casa), eso implica que Usted tiene todo
el derecho de decidir qué hacer con ese bien. Lo puede gastar, vender, regalar o guardar, sin interferencias o limitaciones
impuestas por otras personas o por el Estado. Nótese a ese respecto que todos tenemos el mismo derecho; no sólo Usted es
dueño de sí mismo, sino que todos los demás individuos también son dueños de sí mismos, de manera que cada uno de nosotros
debe respetar el derecho de los demás de manejar su vida. Usted no debe obligar a otros a actuar o pensar de la forma que
Usted quiera, aún cuando crea que es por el bien de esos individuos. Los deseos, intereses, o necesidades que Usted tenga
no legitiman su reclamo contra la libertad, propiedad o vida de otro individuo. El ser dueño de uno mismo crea un cerco
imaginario, pero vital, alrededor de cada individuo, concediéndole una zona de privacidad y de acción dentro de la cual debe
gozar de libertad plena. El ser dueño de uno mismo también implica que toda relación voluntaria entre individuos, donde no
medie ni la fuerza ni el engaño, es moralmente aceptable, y que nadie más debe intervenir en ella, salvo que las partes lo
acepten. Sin embargo, todos los gobiernos, incluyendo el venezolano, han actuado en mayor o menor grado basándose en el
principio opuesto, valga decir que suponen tener el derecho de intervenir en la zona de privacidad de los individuos y arrebatar
los frutos de su labor o limitar sus acciones. El COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL condena esa forma de actuar y para ello nos
basamos en el principio de que ningún gobierno o persona debe violar los derechos individuales básicos.
Los Derechos
de Cada Individuo
Del principio de ser dueño de uno mismo se deriva el derecho básico de cada ser humano a escoger
su forma de vida de acuerdo a su conveniencia. Como la vida es un proceso de acciones tomadas por cada uno según su pensamiento,
el derecho a escoger su forma de vida implica la libertad de tomar acciones para dar sustento a la vida y disfrutar de ella.
Así es como, del derecho básico de escoger la forma de vida, se derivan el derecho a la libertad de acción y expresión, el
derecho a la propiedad -para dar sustento a su vida-, y el derecho a la búsqueda de la felicidad -para disfrutar su estadía
en este mundo-. Afirmamos que cada uno tiene esos derechos y que éstos no deben ser violados por nadie. De igual manera,
estos derechos no deben estar sujetos a votación, ya que la mayoría no tiene autoridad para quitarle los derechos a la minoría
-y la minoría más pequeña del mundo es el individuo-. No importa lo justa que parezca una causa, si su logro requiere violar
los derechos de una sóla persona, entonces no es justa: Es inmoral. Veamos esos derechos en más detalle.
1. El Derecho
a Escoger la Forma de Vida
Es obvio que una persona que vive sola en una isla, dependiendo de sí misma para sobrevivir,
puede libremente escoger su forma de vida. Es en el ámbito social, donde esa persona convive con otros, que se hace necesario
proteger su libertad de escoger su forma de vida contra la interferencia de otros. Esa es la función de este derecho. Es así
como su manera de vestir; la forma, tipo y cantidad de bebidas y comidas que usted ingiera; sus preferencias sexuales; la
carrera profesional o el oficio que usted decide seguir, todo eso es incumbencia exclusiva de cada quien. Nadie debería forzarlo
a uno a practicar una forma de vida indeseada.
1.1 El Derecho a la Libertad de Acción y de Expresión
Como la
vida es una serie de acciones tomadas por cada quien según su juicio, el derecho a escoger su forma de vida también implica
la libertad de tomar las acciones para dar sustento a su vida y disfrutar de ella. Esto implica la libertad absoluta para
participar en cualquier actividad económica, ya sea como productor de un bien o servicio, o como consumidor, y toda acción
que limita este derecho (como la mayoría de los monopolios) es inmoral. En un contexto político-económico, la libertad
significa solo una cosa: La toma de decisiones en ausencia del uso de la fuerza. Nada puede privarlo a uno de su libertad
excepto otras personas o el Estado, y solo lo pueden lograr usando la fuerza. El derecho a la libertad de acción significa
que cada uno debe poder actuar según su propio juicio, sin coacciones y sin más limitaciones que las que impone el respeto
a los derechos de las demás personas. Esta libertad de acción engloba las libertades de tránsito, de asociación, de comercio
y de reunión. Como quedará claro en este documento, nuestra libertad de acción ha sido severamente limitada por el Estado
venezolano en casi todos los campos, especialmente en el económico. En cuanto al derecho a la libertad de expresión, éste
significa que cada quien puede expresar libremente su pensamiento de la forma que quiera, por supuesto respetando los derechos
de los demás individuos. El derecho a la libre expresión consideramos que también ha sido violado por el Estado venezolano
en la forma de censura previa y otras limitaciones a nuestra libertad de expresión.
1.2 El Derecho a la Propiedad
Este
es el derecho a producir o a ganarse objetos materiales, a determinar su uso y a disponer de los mismos. Pero obsérvese que
esto no implica un derecho per se a cualquier objeto material; es decir, uno tiene derecho a ganarse las cosas y entonces
retenerlas o disponer de ellas, pero no nace con derecho adquirido sobre los bienes de los demás. Solo los fantasmas "existen"
sin propiedad material y solo los esclavos trabajan sin derecho al fruto de su labor. Las personas trabajan para lograr el
sustento de sus vidas y si no son dueñas del fruto de su esfuerzo, no son dueñas de sus vidas.
1.3 El Derecho a la
Búsqueda de la Felicidad
Cada uno tiene el derecho a escoger lo que constituye su propia felicidad y a tratar de lograrla,
y nadie más debe prescribir el propósito de su vida ni lo que significa su felicidad. Esto implica, por ejemplo, que no
es aceptable que un padre obligue a su hijo a estudiar determinada carrera o profesión cuando él desea fervientemente ser
otra cosa, o también que se obligue a una persona a vestir de manera contraria a su preferencia.
Los principios liberales
libertarios*
Dos ideas fundamentales nos guían en este cambio que le proponemos a Venezuela. Una de ellas es algo
que todos aceptamos en el COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL: Que todas las personas hemos sido creadas iguales por y ante Dios.
Todos somos iguales y no hay uno más igual que los otros; no hay nadie que se pueda considerar superior. Ningún individuo
puede arrogarse el derecho a decidir cómo deben vivir los demás ni cómo deben usar su propiedad y sus bienes. Sin importar
los títulos universitarios ni el poder que se tenga ni la fama ni la familia, toda persona es igual por el hecho de serlo,
y nadie tiene el derecho de obligarnos a hacer algo solo porque piensa que es lo mejor para nosotros. Si todos somos iguales
debemos tratarnos con respeto y la imposición de unos sobre otros viene a ser un irrespeto inaceptable. La segunda idea
es la del libre albedrío. Todos hemos sido creados en libertad. Consideramos que Dios mismo respeta tanto al ser humano al
punto que le da la capacidad para decidir lo que desea hacer y no interfiere el Creador o la Naturaleza- con esa libertad
(aunque no faltan algunos que consideran tener más derecho que Dios o la Naturaleza- a hacerlo). Como tenemos libre albedrío,
cada persona debe hacer su vida y es totalmente responsable de lo que con ella hace. Cada uno con su esfuerzo y su trabajo
se labra su existencia. Ninguno tiene el derecho a exigirle a Usted que arregle los errores que ha cometido ni tampoco puede
individualmente exigirle que pague las violaciones a la ley o las costumbres metidas de pata-, pues todos somos responsables
de lo que hacemos y de sus consecuencias. La libertad siempre conlleva responsabilidad.
Todos somos iguales y todos
poseemos libre albedrío, siendo totalmente responsables de nuestra propia vida, he aquí las dos ideas que hacen que los libertarios
le pongamos freno a las personas que buscan el poder para obligar a los demás a obedecer sus caprichos, para forzarlos a pagar
sus facturas y sus cuentas, para enriquecerse a costa del trabajo honesto de los demás. En el COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL
consideramos que si se le entrega poder a alguien, ésta persona no puede abusar del mismo y debe usarlo solo para fines legítimos.
Por tanto, exigimos de los gobernantes que sean defensores de nuestros derechos en vez de violadores de los mismos. Partiendo
de estas dos ideas fundamentales, podemos formular el principio liberal libertario: Toda persona es libre de actuar como lo
juzgue según su propia razón SIEMPRE Y CUANDO respete la libertad y derechos de las demás personas. Este principio de libertad
responsable es el que nos puede guiar hacia una convivencia sana y solidaria, de modo que Venezuela sea siempre la tierra
donde convivan el trabajo y la paz.
Los derechos de cada uno.
Usted podrá notar que la filosofía liberal libertaria
se basa en el respeto a cada persona y a su libertad. Los liberales libertarios creemos que cada persona es única y además
competente. Por tanto debe ser tratada con dignidad y respeto. Asimismo, afirmamos que ser libre e independiente es la mejor
forma de vida. Por eso decimos con orgullo sepamos ser libres, y prósperos en vez de siervos menguados. La libertad debe
ser respetada bajo todas sus formas. No podemos decir que respetamos las libertades individuales y a la vez pisoteamos las
libertades económicas o viceversa. La libertad abarca los siguientes derechos: Toda persona puede elegir su propia forma de
vida, pensar, expresarse y actuar como considere conveniente, debe respetarse su propiedad y tiene derecho a buscar su felicidad.
Estos derechos son sagrados e inalienables. Asimismo consideramos que donde hay libertad individual es evidente que debe haber
responsabilidad personal y todo el esfuerzo libertario consiste en lograr que las actuaciones personales sean responsables
en cualquier ámbito. Los liberales libertarios consideramos que solo hay dos formas de tratar con otro ser humano: Mediante
la persuasión o a través de la fuerza. Los libertarios rechazamos el uso de la fuerza excepto en casos excepcionales de propia
defensa. Como los seres humanos estamos dotados de razón, consideramos que la persuasión es la única forma aceptable de modificar
la conducta de otro ser humano. Por tanto, si una persona está en desacuerdo con la forma de vida de otro individuo, con su
forma de pensar, actuar, usar su propiedad o buscar la felicidad, debemos proceder al diálogo, nunca a la imposición. Recurrir
a la fuerza del Estado para imponer las propias ideas sobre cómo se debe ser, comportarse o usar los bienes es un acto inmoral,
inaceptable e intolerable.
Una economía libre.
Los liberales libertarios afirmamos que las relaciones entre
personas deben basarse en el respeto mutuo y por tanto deben ser pacíficas, voluntarias y honestas, siendo el respeto al derecho
de los demás la base de toda sociedad sana. Este también debe ser el principio básico de toda economía sana. También afirmamos
que cuando la gente honesta y pacífica puede ofrecer libremente bienes y servicios a quienes los desean comprar e intercambiar
voluntariamente lo que quieran negociar, surge una economía de abundancia y prosperidad. Es decir, la libertad es un valor
moral, que además produce eficiencia y bienestar en el ámbito económico. Cuando dos personas acuerdan libremente hacer
un negocio, es porque ambas partes resultan beneficiadas. Dos personas acuerdan por ejemplo la venta o el trueque- de un bien
cualquiera en una determinada cantidad de dinero o en su defecto a cambio de bienes equivalentes-; entonces sucede que el
vendedor considera que esa cantidad de dinero es mejor para él que poseer el bien o en caso de trueque los bienes que intervienen
en el intercambio-, el comprador por su parte piensa que el bien le es más útil que esa cantidad de dineroo los bienes objeto
del trueque acordado-. Por tanto, luego de hacer el trato, ambos han ganado porque ambos han obtenido beneficio. Examinemos
qué sucedería con la intervención del Estado regulando la venta. Si fija un precio inferior, el comprador se alegra pero el
vendedor pierde; puede decidir no vender el bien o dedicarse a otro negocio, con lo que el comprador también sufre. Igualmente,
si fija un precio superior, el vendedor gana pero el comprador pierde y quizás ni siquiera pueda comprar el bien, arruinando
el negocio para ambos. Cualquier intervención del Estado resultaría en el perjuicio de alguno cuando no todos los interesados,
sin importar que los gobernantes afirmen que la realizan con buenas intenciones. Solo el intercambio libre, en un mercado
libre, permite que haya un justo beneficio para todos. En consecuencia, en el COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL optamos por la
economía libre, por el libre mercado. Esto significa que estamos a favor de la libre competencia. Puede ser que algún empresario
tenga interés en abusar del consumidor; entonces la defensa más confiable para este consumidor, antes de verse obligado a
acudir ante un Tribunal, es tener opciones para elegir y poder hacer trato con otros negociantes que sí le ofrezcan un servicio
adecuado. En un sistema de libre competencia cada empresario debe esforzarse por brindar el mejor servicio o producto, pues
de lo contrario el consumidor elegirá comprarle a la competencia. Por tanto, en el libre mercado el mayor beneficiado es el
consumidor.
La misión del Estado.
Consideramos en el COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL que existe una misión legítima
del Estado: Defender los derechos de las personas, dando seguridad y evitando la fuerza y el fraude. La Constitución venezolana
garantiza el principio del Debido Proceso, valga decir justicia pronta y cumplida; lamentablemente, la desviación del Estado
hacia fines que le son ajenos hace que esta función sea descuidada y que reine la impunidad para solaz de la delincuencia.
Cuando el Estado se dedica a actividades que no son le son propias, actúa ilegítimamente y es usual que se violenten los derechos
ciudadanos. El ejemplo más claro es cuando el Estado interfiere con la economía, alterando el orden económico y generando
pobreza. En el COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL rechazamos que el Estado sea desviado de su fin legítimo para ser instrumento
de fines ilegítimos. Es usual ver cómo algunos usan la fuerza y el poder del Estado para enriquecerse a costa de los muchos.
La clase política en Venezuela ha saqueado y saquea los dineros del pueblo y se enriquece sin cesar, reparte beneficios y
privilegios a sus amigos y clientes y dilapida los dineros de la Nación. La corrupción aumenta y quienes roban al pueblo quedan
libres gracias a la impunidad. Tenemos que acabar con la concentración de poder, porque es fácil comprobar que el poder corrompe
y el poder absoluto corrompe absolutamente, como afirmará Lord Acton. Dignidad, tolerancia y solidaridad. La construcción
de la nueva sociedad formada por hombres y mujeres libres se basa sobre tres valores eje:
1.- Reconocer la suprema
dignidad del ser humano, expresada en su libertad. El valor de la persona humana está por encima de todo. La persona es fin,
lo demás es medio. Es inmoral tratar a las personas como medios sin importar los pretextos que se usen.
2,- La tolerancia
es un valor esencial, porque significa que aceptamos con respeto a las personas aunque tengamos una opinión diferente. La
tolerancia significa que no podemos usar la fuerza para imponer nuestras opciones a los otros, sino que expresamos el respeto
a su dignidad recurriendo al diálogo y al trato fraternal para zanjar nuestras diferencias. La tolerancia es la única manera
de tener una coexistencia pacífica, porque el respeto al derecho ajeno es la paz, tal como lo planteó el presidente mexicano
Benito Juárez.
3.- La solidaridad es el nuevo nombre de la caridad cristiana. Creemos que la solidaridad es un acto
voluntario por el que nos apoyamos los unos a los otros para poder enfrentar la vida juntos, de un modo fraternal. Una sociedad
donde haya riqueza y abundancia nos puede permitir ser más solidarios, porque quien posee más puede apoyar más con sus recursos.
Hay un camino aún mejor para la solidaridad: Establecer una sociedad libre y próspera, donde nadie necesite y todos posean
en abundancia. Tal debe ser nuestra meta de sociedad. Existen naciones en el mundo donde prácticamente se ha desterrado la
pobreza y casi no existen mendigos; queremos que nuestro país sea una de ellas. En el COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL rechazamos
la solidaridad impuesta porque NO es solidaridad y también porque irrespeta el valor de la persona humana que afirma apoyar.
Ser solidario es una actitud que debe brotar del corazón de los venezolanos y no puede ser algo obligado por la fuerza de
las armas y de las leyes. Principales propuestas. Enumeramos los principales puntos para reformar el Estado:
Gasto
público.
El gasto crece sin cesar, mientras que los servicios del Estado se deterioran más y más. Se aumentan los
impuestos para pagar la piñata que hacen los políticos tradicionales, viviendo con grandes lujos, pagándose viajes costosos,
festejando con los dineros del presupuseto y beneficiando con los recursos de todos a unos pocos amigotes privilegiados. La
deuda pública también aumenta y asfixia la economía nacional porque los politiqueros son insaciables y no les importa endeudar
las generaciones futuras. Esto es inaceptable y hay que recortar los gastos superfluos.
Impuestos.
Como su
nombre lo indica, son impuestos, es decir, extraídos a la fuerza a los ciudadanos. Quitar el dinero a otra persona, sin su
consentimiento, aunque sea en nombre de una buena causa, es un robo, y como tal no puede ser aceptado. Consideramos que lo
más conveniente es que el gobierno cobre por servicios en la medida posible, de modo que se pague solo si se está efectivamente
recibiendo el servicio esperado. Para otros fines solo aceptamos en el COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL que se extraiga dinero
a la población a condición que esos recursos financien actividades relacionadas con las funciones naturales del Estado que
a juicio nuestro no son otras que cuatro: Justicia, Representación internacional, Defensa Nacional y Obras Públicas. En el
COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL consideramos que otras funciones son llevadas a cabo mejor y más eficientemente por la sociedad.
También consideramos que a los pobres se les atiende mejor y más dignamente mediante subsidios directos a cada individuo. Regulaciones.
En el COMITÉ DE RESISTENCIA CIVIL denunciamos el crecimiento de las regulaciones y afirmamos que donde hay permiso, sale un
guiso. Un Estado regulador entorpece la economía y mantiene en la pobreza al pueblo. El gobierno debe ser el primero en tratar
a los ciudadanos con el respeto que se merecen, sin intervenir en las relaciones e intercambios honestos entre gente pacífica.
Si dos personas libremente se ponen de acuerdo en comprar, vender o trabajar de forma honesta (sin dañar a otra persona),
el Estado no tiene justificación para interferir en lo que han convenido. Venezuela debe ser un país donde haya libertad para
trabajar y se eliminen las trabas al trabajador honesto sin distingos de si esa persona trabaja para si mismo o si trabaja
para otra persona.
Monopolios.
Cuando todos estamos obligados a comprarle a un único vendedor, sabemos que,
salvo casos excepcionales, este vendedor cobrará caro y brindará servicios o productos de calidad inferior. Esto ocurre cuando
el Estado, aprovechándose del inmenso poder que le hemos conferido, se encarga de vender bienes como el petróleo, la gasolina,
los seguros y otros. Además de la estafa económica que esto significa, se niega la libertad a los venezolanos para contratar
los servicios con otras personas o entidades que los deseen brindar. Se debe abrir aún más los mercados para que los venezolanos
tengamos la opción de elegir con quienes deseamos negociar.
Inflación.
Cuando el costo de la vida sube y sube
(la famosa inflación), algo debe estar pasando. Y sucede que el Estado imprime en este caso una excesiva cantidad de billetes
en la Casa de la Moneda antes era a través del Banco Central- para sufragar sus gastos desmedidos eso de los gastos desmedidos
usualmente ocurre tanto en el gobierno nacional, como en las gobernaciones y alcaldías-; entonces el valor de los demás billetes
los que tiene la gente-, previamente puestos en circulación por el Estado, cae y estamos ante un fraude monetario cometido
por el propio Estado en contra de los intereses individuales de cada tenedor de moneda venezolana. Los aumentos en el costo
de la vida los pagamos todos, especialmente los que dependen de un salario o una pensión. Ahora bien, si el gobierno crea
la inflación, puede eliminarla fácilmente, ya sea revirtiendo al Banco Central a su función natural de compensador interbancario
para que deje de complacer los caprichos de cada politiquero estatista y estatólatra que ocupe circunstancialmente la silla
presidencial de Venezuela. A este respecto el de la inflación- hay otra solución que nosotros aceptamos: Que el Estado le
devuelva a las personas el derecho a usar monedas que el gobierno no puede controlar, como el dólar, el euro, el peso colombiano
o el oro, por ejemplo.
Corrupción y privilegios.
Exigimos gobernantes que sirvan al pueblo y condenamos a
los gobernantes que se sirven del pueblo. Los políticos tradicionales abultan artificialmente los gastos presupuestarios para
ofrecer cargos públicos a sus partidarios, subsidios a ciertas empresas, privilegios a sus amigos y, por si fuera poco, administran
frecuentemente con actos corruptos, todo ello en detrimento del pueblo que siempre es quien paga. No existe almuerzo gratis,
como aseveró el economista y premio Nobel estadounidense Milton Friedman; todo lo que entregan los políticos es dinero extraído
al pueblo por la fuerza y todos terminamos pagando los beneficios de algunos. Si seguimos dándoles poder a estos malhechores,
tales abusos continuarán ad infinitum. Disminuir el poder que se les entrega a los políticos y recortar las funciones del
gobierno serán un buen objetivo como freno a los abusos. Asimismo, la Justicia debe hacerse cargo de quienes hoy disfrutan
impunemente entregando los bienes del pueblo a sus familiares y amigos. Por y para eso luchamos en el COMITÉ DE RESISTENCIA
CIVIL.
Tamaño del Estado.
Los resistentes pedimos un Estado eficiente y de dimensiones adecuadas, pues sabemos
que un Estado grande, costoso, ineficiente y entrometido irrespeta a los ciudadanos y genera miseria. Si el gobierno vuelve
a su función real, que es defender los derechos de las personas, podremos tener este Estado eficiente que todos deseamos.
* Como los socialdemócratas norteamericanos usurparon desde inicios del siglo pasado él termino liberal, con lo que
los verdaderos liberales de lengua inglesa se autodenominan hoy usualmente "libertarians". Y muchos partidos y organizaciones
de habla hispana autodenominados "liberales" también son socialdemócratas. En el Comité de Resistencia Civil usamos
libertario como adjetivo calificativo al termino liberal en nuestra declaración de principios. Liberales libertarios
somos quienes entendemos que la libertad individual e indivisible es el fundamento de la civilización, por lo que somos
contrarios a todos los colectivismos, y al resto de las ideologías serviles.
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